Me acerqué hasta la orilla
siguiendo
tus huellas,
me
acerqué porque te presentía
y
te encontré besando las olas.
Me
acerqué hasta la orilla
y
te vi pintando el sol
con
su sonrisa de nácar.
El
sol se reía y tu te reías,
la
orilla era la felicidad
y
mi corazón la orilla.
Me
acerque hasta ti
y
me senté tan cerca
que
nuestras almas se unieron
para
reírse las dos.
La
felicidad de la orilla
corría
envolviéndonos con su espuma,
y
mientras nos mirábamos en el sol,
apareció
una gaviota,
y
con ella
la
plateada rima de la mar.
Había
un coral en la orilla
que
miraba tu alegría,
quizás
también vio la mía.
Te abrazó por la cintura
y con su roja espesura
te susurró una canción.
|
El
sol riendo,
un
coral,
y
la espuma blanca del mar
se
rindió a tu corazón
mientras
la brisa del cielo
susurraba
tu canción.
¡Teresa!
toma mi vida
que
estoy levando el rezón,
me
hago a la mar de mis días,
pero
volveré, mi amor.
Búscame
en el sol riendo
para
reírnos los dos,
y
en un suspiro del viento
podrás
oírme la voz,
y
por la noche una estrella
iluminará
el timón
que
me lleve hasta la orilla
donde
tu estarás, mi amor.
Dedicado a mi hija Teresa
|
Este Blog lo he creado para compartir mis pensamientos en determinados momentos de mi vida. Soy un Romántico de Becquer y con la oscuridad de sus golondrinas encuentro mi camino.
miércoles, 21 de mayo de 2014
Volveré
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Hermano, alucinante
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