Lo siento, se me olvidó, le dijiste un día a tu hija que te había pedido que comprases el pan pero no lo hiciste.
Tu vida, desde pequeño, ha transcurrido de una manera tranquila, sin sobresaltos dignos de mención, aunque tampoco te ha tocado nunca la lotería, una persona de lo más normal con los problemas normales.
Te has ido haciendo mayor pero a la vez joven, porque todo lo que tenías ya olvidado de tu época estudiantil, lo has tenido que revivir, y muchas veces has tenido que esforzarte en revivirlo, sobre todo cuando tu hija llegó a primero de la ESO.
Tantos problemas con ecuaciones, tantas raíces cuadradas y tanto análisis sintácticos de las oraciones, que hace años estabas deseando dejar atrás porque decías que no servía para nada, y realmente, no te sirvió para nada cuando conseguiste el puesto de conserje en ese edificio del centro, pero gracias a Dios, todos esos recuerdos los tenías cuando a tu hija le hizo falta y te sentiste orgulloso de haberle servido una vez más.
Siguió pasando el tiempo y seguías recordando bonitos momentos, recordando tu boda, el nacimiento de tu hija o tu primer sueldo, pero hoy saliste a la calle para comprar el pan y te volviste con las manos vacías, no pasa nada, ¡eso puede ocurrirle a cualquiera! te habrás despistado pensando en otra cosa sin importancia.
Pero el pan se te olvida al día siguiente y al otro, y cada día que pasa, el maldito pan se va convirtiendo en apagar el fuego cuando haces la comida, en recoger a tu nieto del colegio, incluso en el camino de vuelta a casa.
Te sientas delante de la ventana una lluviosa tarde de otoño, apático, preocupado, - ¿Que me está pasando? aunque poco a poco, también te vas olvidando de la preocupación.
Ves acercarse una persona directa hacia a ti, te habla, te sonríe y te coge la mano y aunque le das tu mano, la miras con cara de incredulidad porque no la conoces de nada, - ¡Vamos a la cama papá, que ya es tarde! - El alma se te cae al pozo de las tinieblas cuando escuchas eso, no reconoces a tu hija y en ese momento, tu corazón comienza a retumbar con un intervalo entre SI y FA, un intervalo trítono que está invocando al diablo de una manera blasfema, satánica, que terminará llevándose lo poco que te queda de la persona que eras.
Ya no estás en este mundo que hasta hace poco era tu mundo lleno de preocupaciones, alegrías, y recuerdos, ahora tu mundo es otro, debes aprender casi todo, y casi todo, debes aprenderlo hoy y volver a aprenderlo mañana. Cada día vienen a visitarte personas que no conoces, aunque, como los relámpagos de una tormenta invernal, esas caras, en forma de flash, se te aparecen en una pequeña esquina de tu mente, en otra época, en otro tiempo, pero se aparecen y en ese momento la sonrisa te ilumina como el relámpago ilumina la noche, de manera fugaz pero contundente.
Al cabo de un tiempo, todas esas personas que venían a verte ya casi no vienen y entonces hay una cosa que no entiendes, si eres tú el que tiene un problema de memoria, ¿porque ellos te están olvidando?
Por la noche, una mujer de bata blanca te lleva a la cama y te duermes feliz porque ya no recuerdas tus pequeños problemas.
Rafa que bonito, pero que triste y real al mismo tiempo.
ResponderEliminarGracias
Eliminarhijo es muy triste pero es la realidad por eso hay que vivir el momonto y aprobechar todo lo bueno que te ofrezca la vida.precioso como todo lo que escribes
ResponderEliminarGracias madre
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