jueves, 1 de enero de 2015

La Puerta

Ya pasó otro año dejando atrás un sendero de lágrimas bombeadas por la alegría de satisfacciones de tantos deseos realizados, por amores conseguidos y besos secretos entregados al amparo de la clandestinidad que ilumina la luna.

 Ya pasó otro año lleno de lágrimas rotas por la pena, la incertidumbre del futuro y la perdida de los sentimientos cedidos a tantas personas amadas.

A los vientos frescos del nuevo año, voy atando cometas de esperanza, me suelto el pelo para que se mueva con el frescor de tantas expectativas y lo atrapo en mi frasco del futuro sin pensar en mí.

Me cansé de esperar en la puerta de la sinceridad guardándome las quimeras entre enfados sin solución, entre pérdidas de tiempo que se pudieron evitar, pero ahora he cruzado hacia otra alternativa con la intención de que funcione.

Cuanto tiempo malgastado en banales actitudes, ¡cuánto tiempo! sin tenerlo, se ha llevado el rio de la imprudencia, el rio de los reproches, el rio de la venganza, y ¿ha valido la pena?

He cruzado la puerta con la intención de mantenerla abierta hasta el final y repartir mis pensamientos circunstanciales y declinar mis pasiones más abyectas hacia el pozo de los olvidos.
He cruzado una nueva puerta y deseo mantenerla abierta hasta el final.