martes, 26 de agosto de 2014

El Amanecer de los Amantes


Desde que los primeros rayos de calor intenso
despiertan los sentidos de mi excitación,
sólo espero que mis ansias caigan presas
en la red de tu pasión.

Ha pasado la noche, y el frío del amanecer, entra por la ventana
insertando en mi pensamiento tus momentos soñados.

Desde que los primeros rayos de calor intenso
dejen entrever los surcos que dejé en tu corazón
y en las sábanas tibias, sólo espero tu mirada,
tus caricias, solo espero tu olor.

Que agonía la espera hasta el encuentro de nuestras almas,
pasará el tiempo entre miradas perdidas y ansias.

Ya ha pasado la noche y el alba  abre la ventana
que cerraste con la llave eterna del amor.
Los minutos, espinas envenenadas, se clavan
frenando mi razón.

Dejo caer las gotas de mi sangre dentro de este laberinto
para indicar el camino de mi ánimo.

Empieza a oscurecer y la noche nos abriga.
La ansiedad cansada del día ya está pidiendo perdón. 
Huelo tus pasos desde la nada por el húmedo camino
de mis lágrimas, amor.

Te siento como la ola siente la espuma que sin querer
corre hasta la felicidad de la orilla.

Vuelves a estar conmigo en las caricias eternas
de nuestro momento envuelto de rojo pasión.
Vuelves conmigo porque alimentamos la sangre
que fluye por las venas del dolor.

Y el dolor que yo sentía se desvaneció en la tarde
que arranqué tus besos más preciados.

 
Brillos eternos de felicidad, cada tarde llegan a mí.
Estamos juntos, los besos llenan de vida nuestro corazón
y como diamantes dejan estelas en nuestra piel,
los besos sellan nuestra unión.


En el futuro te veo aquí y en el abismo a mi lado,
nuestro amor inquebrantable, nuestro amor siempre de la mano.

  
Dedicado a Julia, mi mujer.

El Crepúsculo de los Amantes

La noche despierta el rugir de mis pesares,
esa música triste que me aprieta el alma,
y afila con afán cada uno de los cristales
que hieren obscenamente mis esperanzas.


Los hilos de sangre alimentan los telares
que me tejen la capa de la indiferencia,
y mis sentidos yacen entre los retales
del oscuro tiempo que supone tu ausencia.


Llegué al crepúsculo de los rotos amantes
esperando que la noche nos envuelva
y asi recibir tu savia que es el calmante
que fortalece mi luz entre las tinieblas


Amor, te has ido y el frio invade mi cuerpo
las nubes grises se ciernen como oxidadas cadenas,
me acurruco en la esquina de la soledad sintiendo
como se empapa mi alma de la espesa y negra pena.

La historia de dos amantes ya no será más contada
porque se hunde en un olvido negro y sin razón.
Que mas me queda en la vida si no esta torre macabra
escuchando tristemente la sinfonía de mi corazón.


No quiero sentir el filo del cuchillo del amante,
no quiero sufrir las penas sangrientas de soledad,
con el pie en el vano de la luz salto adelante,
mi amor se entierra en la arena de la libertad.






Dedicado a todos los desamores del mundo
y con la esperanza de no llegar a saltar
hacia el abismo de la soledad.












domingo, 17 de agosto de 2014

Arlequín



Lloraba mi arlequín,
y su lágrima, un rombo deslizante,
estelaba el terso y suave tejido de su estructura.

Lloraba mi arlequín,
y la tristeza del mundo la hacía suya
como fulminantes haces de luz que manaban de sus ojos,
-¡Pobre arlequín!

¡Un grito de rabia y dolor!
mi arlequín se muere sin remedio en su esquina de silencio.
el mundo de la indiferencia lo ahoga
con las manos del egoísmo que todos alimentamos.

Lloraba mi arlequín
viendo pisoteadas las esperanzas eternas
que no se deben enterrar,
y su piel blanca se estría por el amor desechado.

Lágrimas de sangre negra
llenan el cauce del odio entre hermanos,
ríos de Caín surgen entre los abrazos puros
rompiendo los lazos de la salvación.

Lloraba mi arlequín,
y entre trigales de púas arrastra la cruz afilada
con la esperanza de salir del fondo
de las oscuras aguas del odio.

Y la tragedia,
como única acompañante del triste arlequín,
guía los pasos del mundo
hacia el abismo perfecto sin posibilidad de volver.

Lloraba mi arlequín
pensando que aún se puede salvar
lo que nos queda de humanos.