martes, 2 de febrero de 2016

El Espejo

Oxidados barrotes de hierro frío se clavan en mi camino
construyendo la jaula negra de mi perdición,
alzo la mano con la esperanza de alcanzar mi destino
entre gritos constantes, pidiendo perdón.

Cuanto tiempo perdido, derramando mis sentimientos al fondo de aquel cristal,
cuantas buenas intenciones terminaron ahogadas entre gemidos pagados,
entre lágrimas perpetuas.
Y sin fuerzas, sin tenerlas, sin quererlas,
me adentré en la lujuria de maltratar nuestro amor,
maldito fetichismo mefistofélico que está moviendo los hilos de mi cobardía.

Oxidados barrotes de almas negras me están cortando el camino,
ocultando el susurro de la luz que sería mi guía.
Y sin escudo ni lanza dejo caer mi estandarte, me rindo,
continuaré vagando sin alma, doy la guerra por perdida.

No encuentro mi espejo, aquel que refleje lo malo de mí, aquel que me lleve a ti,
y me pierdo entre la bruma de mi propio fracaso.
Los papeles rotos en la esquina de mi mesa me recuerdan tantos poemas de amor quemados, tantas caricias frustradas,
y voy sintiendo como me crecen las negras alas que me elevaran
por encima la sensibilidad,
las alas que hundirán mis pasos en los desprecios de la felicidad.

Oxidados barrotes en la noche de los amantes están abriendo el camino,
cayendo sobre las lindes que me separan de la verdad,
y sobre corazones sangrantes clavados en cruces de espino,
dejo que discurra mi vida por el arroyo de la realidad.

No quiero romper el contrato fiel que firmé con el amor,
no quiero dejar pesares en mi camino, tantas penas yaciendo en la línea perdida.
Si puedo evitarlo, no mataré mi corazón, frenaré la fuerza del olvido,
y dejaré de ser el niño mimado que siempre espera lo que le traiga el destino.
Rayaré mi futuro en la piel de la eternidad para no escaparme de mis fracasos
e intentaré volver a la frontera que me separa de la vida. 


Oxidados barrotes clavaré en la línea que separa el bien del mal, y ¡pisaré!,
pisaré sobre las marcas que me indique el camino, seguiré los surcos de mi vida.

Herrumbre seca, con lágrimas vacías clavadas en el camino de los sentimientos, dejaré.
No sé si me estoy engañando, pero sigo adelante, busco renacer cada día.
Con pasos trémulos, con luz inerte, continúo sacando del nicho tus besos,
y con la luz inerte de la esperanza, busco mi esencia en este habitáculo vacío,
busco mi esencia removida entre los recuerdos de tu sonrisa,
y busco palabras amables, entre las palabras te busco a ti,

y entre palabras me estoy buscando.