La vida es un sueño

Eres una persona normal, no excesivamente optimista ni alegre, pero normal. Tienes pensamientos raros y paranoias pero siempre delimitadas entre esos dos puntos que la sociedad ha decidido establecer como aceptables, pero de repente un día te dan una noticia y tu mundo se vuelve del revés, y los demonios que mantenemos aletargados en la jaula de los pensamientos, se van desperezando y te van clavando sus uñas en una conciencia tan frágil como tu ánimo y en ese momento tus ojos pierden el brillo de la esperanza y pones en mano de la nada tu destino.

Hay varios caminos que puedes afrontar, pero el más llano, el que no te va a dar problemas es el del sueño, y sólo quieres que tu vida se convierta en un sueño, librándote de esquinas afiladas que puedan sesgar lo poco que te queda de personalidad.

Has elegido el sueño, y si la vida es un sueño ya no quieres despertar y no te importa nada vivir en el mundo de las sombras esquivando los miedos que no debemos esquivar ya que de ellos aprendemos y nos hacemos fuerte.
No es bueno esquivar los problemas aunque conviertan tu corazón en un frágil cristal a punto de estallar.

No es bueno esquivar los problemas, pero tu has decidido que cada cuatro horas te dejan en un vasito una pastilla que te llevará a tu mundo de poco dolor y de grotescas figuras que no sienten, ni aman, ni piensan, ni hablan.

Tu sueño, cada vez más fuerte, te arrastra a una absurda felicidad que cada vez importa menos, porque cuando tomas una de esas negras perlas, prefieres seguir durmiendo y pones tu destino en manos de una caída hacía el abismo que has creado acurrucándote en el calor que te ofrece , despreciando el arduo trabajo que tiene subir la cuesta hacia lo que tu eras porque crees que el reloj de tu olvido ha tocado su fin.

Tu vida se ha convertido en un sueño, y pensándolo bien, es mejor, se te puede llevar de aquí para allá, no molestas ni pides, te miran y miras pero en medio no hay sentimiento que se unan, es mejor para todos, pero el reloj de tu vida ha tocado su fin.

Hubo tantos caminos para para poder andar, tantas fuentes donde beber y tantos relojes que pudiste elegir, pero no te importó nada y dejaste que la vida se fuera por la única ventana que estaba abierta y dejaste que la vida se convirtiera en un sueño.