Lloraba mi arlequín,
y su lágrima, un rombo deslizante,
estelaba el terso y suave tejido de su
estructura.
Lloraba mi arlequín,
y la tristeza del mundo la hacía suya
como fulminantes haces de luz que
manaban de sus ojos,
-¡Pobre arlequín!
mi arlequín se muere sin remedio en su
esquina de silencio.
el mundo de la indiferencia lo ahoga
con las manos del egoísmo que todos
alimentamos.
Lloraba mi arlequín
viendo pisoteadas las esperanzas
eternas
que no se deben enterrar,
y su piel blanca se estría por el amor
desechado.
Lágrimas de sangre negra
llenan el cauce del odio entre
hermanos,
ríos de Caín surgen entre los abrazos
puros
rompiendo los lazos de la salvación.
Lloraba mi arlequín,
y entre trigales de púas arrastra la
cruz afilada
con la esperanza de salir del fondo
de las oscuras aguas del odio.
Y la tragedia,
como única acompañante del triste
arlequín,
guía los pasos del mundo
Lloraba mi arlequín
pensando que aún se puede salvar
lo que nos queda de humanos.
Que bonito cielo, se me pone el vello de punta..
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